miércoles, 16 de octubre de 2013

¿Vocación de profesor? 

Las políticas gubernamentales, a partir de 1990, han estado destinadas a mejorar la calidad y equidad  de los aprendizajes.  Este propósito se quiere lograr a toda costa: se ha aumentado el tiempo que los niños, niñas y jóvenes permanecen en los establecimientos educacionales, el nivel de  gasto en infraestructura, la inversión en insumos  materiales (libros, medios, tecnologías, conectividad a internet), se han hecho profundas renovaciones al currículum desde la educación preescolar hasta 4° Medio, han aumentado sustancialmente los sueldos de los profesores y se han instalado  programas de perfeccionamiento continuo para mejorar las prácticas pedagógicas y de gestión.

Y a esto suma y sigue, ya que, los programas incluyen la evaluación docente, la Asignación a la excelencia pedagógica y las políticas que hacen hincapié en la formación inicial de los profesores como la“Beca vocación de profesor”, a través del cual se desea integrar a los alumnos más destacados en este desafío de mejorar la educación chilena, entre otras tantas iniciativas.

Para hacer realidad este sueño de la calidad y  la equidad  nuestro país necesita involucrar a un gran actor del proceso enseñanza-aprendizaje,”los profesores”. El cambio requiere  de  un grupo de docentes con más y mejores saberes, que en cada uno de los 45 minutos de aula (horario lectivo) se muestren optimistas, con energía, que crean en sus alumnos y en sus posibilidades de aprender y proyectarse. Que aprovechen cada minuto de la clase, que NO olviden pasar  asistencia (y ¡SIN EQUIVOCARSE!),  nunca dejen de firmar y escribir los contenidos,  utilicen material innovador, integren las distintas asignaturas, refuercen permanentemente los contenidos, sean conciliadores,  mantenga un buen clima de enseñanza, sean pertinentes e integren al mismo tiempo  programas como “Elige vivir sano”, “Prevención del Consumo de Drogas (SENDA)” y  “Convivencia Escolar”.

Además necesita que en su tiempo no lectivo (15 minutos por hora de clase contratada), estos profesores, sean capaces de compartir sus experiencias exitosas, difundan sus buenas prácticas,  se mantengan en permanente diálogo, planifiquen (anual, por unidad y diaria)  preparen muy bien sus clases, vayan a la par con las nuevas tecnologías, en lo posible que aprendan a hablar  inglés. Que evalúen permanentemente, analicen los resultados de sus evaluaciones,  preparen posibles remediales, integren a los padres de familia, preparen y realicen reuniones mensuales de apoderados, eduquen  a los padres (Escuela para padres), dispuestos a ser evaluados, pongan notas, saquen promedios, se mantengan informados, mantengan actualizada las bitácoras (CRA, Laboratorio de computación, laboratorio de ciencias, etc.) y hagan uso, por supuesto, de su recreo legal.

También requiere de docentes que en ese mismísimo  tiempo se perfeccionen,   asistan a los Consejos de Profesores, participen en la elaboración de los reglamentos (Evaluación, reglamento interno) y protocolos (de Convivencia Escolar o Bulling, de Seguridad Escolar, Embarazo adolescente, Alcohol y drogas). Que sepan escuchar a los integrantes de la comunidad educativa, estén atentos  a  lo que sucede en los  patios y en los comedores, preparen y participen de Actos Patrios, con buena disposición para realizar talleres,  organicen olimpiadas, festivales, concursos, competencias, desfiles y estén siempre listos para las supervisiones de la Superintendencia de Educación y  la Agencia de Calidad (Nuevos organismos fiscalizadores que se agregan como guinda a la torta).

Nuestras autoridades supondrán lógicamente que a ningún profesor le alcanza el tiempo, para una demanda tan excesiva de requerimientos y deberes. Por lo tanto,  Chile necesita profesores con 100% de disposición horaria, dispuestos a llevarse casi todo el trabajo para la casa, que ojalá no duerman o utilicen poco tiempo en este mal hábito de dormir, con salud de hierro, ojalá sin familia que les demande atención, tiempo o el más diminuto espacio. Profesores  que no gusten de hacer  vida social, que aprovechen sus días feriados y vacaciones en adelantar su  trabajo pedagógico. Profesores cuya  única pasión sea la de ser educador y que  entreguen su energía y existencia a esta noble vocación.

¡Gracias a Dios que Gabriela Mistral no postula a ser una maestra de nuestros tiempos! No habría tenido ninguna posibilidad de integrar el  grupo selecto de poetas, que tan merecidamente engalana. Nuestra reconocida premio Nobel estaría sumida en este mar de funciones, a los que no tiene sometidos el Ministerio de Educación y las políticas gubernamentales (roles y responsabilidades “inherente a todo profesor” deben pensar ellos). Lucila Godoy Alcayaga no habría podido crear sus hermosos versos, privando al mundo "entero de sorprenderse y emocionarse con ellos, habría estado haciendo “la tarea para la casa”.
La maestra ya no es pobre, Gabriela,  es de clase media, lo que le permite  llevar más de alguna  joya en su mano. Sin embargo, está SOMETIDA, ha perdido  su INDEPENDENCIA, SOSIEGO, SUEÑOS,  TIEMPO LIBRE y  LIBERTAD.

¡UNA COSA POR OTRA DIRÁN NUESTRAS AUTORIDADES!

4 comentarios:

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    1. Como futura docente, estoy de acuerdo con la crítica al sistema de el/la autor/a de este blog, ya que por lo que he logrado ver y vivenciar en mis prácticas, la incansable labor de los "profes", apenas les alcanza el tiempo, para realizar las actividades pedagógicas (clases, planificar, revisar pruebas, realización de pruebas, etc, etc...) además de esto no se le da la importancia necesaria a una labor tan significativa como es la de ser profesor/a, puesto que no es menor, están formando a las futuras personas que formen nuestra sociedad, aunque si bien se esta "incentivando" a los egresados de educación media a que estudien pedagogía con becas si obtienen un buen puntaje en la PSU.
      Como se menciona en el blog las políticas gubernamentales se han modificado para tener una mejor calidad y equidad en la educación, pero esto ¿a que costo?, que los profesores no tengan vida social, que dejen a sus familias de lado para dedicarse al 100% a su labor, creo esto se podría lograr si es que a los profesores se le asignaran más horas para el trabajo fuera de aula, para todo el quehacer pedagógico.

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  3. Como estudiante de pedagogía, con plena, consciente y asumida vocación, puedo decir que no hay nada mas gratificante que ver la sonrisa de un estudiante al comprender o al adquirir un aprendizaje, esa expresión "aaa...ahora entiendo...o aaa eso era" es lo que, personalmente, me llena de alegría. No obstante, la realidad a la que los docentes hoy se encuentran expuestos genera de esta práctica una actividad tediosa, compleja y absorbente. Las propuestas de los diferentes gobiernos de las últimas décadas, sin duda, buscan mejoras en la educación de nuestro país, pero, existe una deficiencia que al parecer el sistema no ha detectado, el profesor es un ser humano con las mismas necesidades de privacidad, necesidades sociales y afectivas, con familia, con sueños y pasiones por desarrollar, al igual que cualquier persona.
    Estoy completamente de acuerdo con este análisis y/o reflexión, creo que la labor pedagógica es la más bella de todas, pero que lamentablemente cada día capta menos admiradores, pese a las facilidades o incentivos que se presenten para formarse como pedagogo (publicidad, beca vocación de profesor, entre otras). Hoy casi nadie quiere ser profesor. Al entrar a estudiar pedagogía, prácticamente se te da el pésame preguntando ¿y no te alcanzó para nada más? Por todos es sabido la amplia gama de actividades que un profesor debe realizar, la cantidad de situaciones que debe tolerar y todas las exigencias a las que debe responder (alumnos, padres, institución, ministerio).
    Realmente debe existir una vocación muy grande dentro de un ser humano para atreverse a ser profesor.

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